Santiago
y el caprichoso secretario de Velázquez
Texto y fotos Felix Hinz (Septiembre 2008)
En 1515 el primer gobernador español de Cuba, Diego Velázquez, controlaba la inaccesible región comprendida entre Baracoa y Sanitago, un sitio importante tanto por su bahía como por la protección de su puerto. Velázquez nombraba alcalde a su antiguo “secretario” Hernán Cortés, quien había llegado a Baracoa buscando riquezas, convirtiéndolo así en comandante en jefe y justicia mayor de la ciudad.
"El juramento de Hernán Cortés" - Pintura del Museo de historia Emilio Bacardí en Santiago. (click para ampliar)
¿Qué se puede ver hoy de el Santiago de Cortés? – Aparentemente mucho: La “Casa de Velázquez”, el “balcón de Velázquez” así como la “lápida de Velázquez”, aunque al parecer la mayoría parece ser algo creado como atracción para los turistas. Sin embargo, la losa conmemorativa del primer gobernador de Cuba que se encuentra afuera del Museo Emilio Bacardí parece ser real: Si bien uno puede leer, con algo de dificultad, las palabras “Plaza de la Constitución...”, la inscripción no parece ser del siglo XVI, aunque los escritos del Museo insisten en que es la “lápida de Velázquez” . La Dra. Olga Portuondo nos explicó que la piedra fue reesculpida en 1818. Obviamente tenemos frente a nosotros una forma de “damnatio memoriae”.
“Lápida de Velázquez” (click para ampliar)
En la actualidad ya no se siente “pena” al pensar en el fundador de la ciudad. Sin embargo, la “Casa de Velázquez” no pudo haber pertenecido al gobernador de Fernandina, como se llamaba la isla entonces, ya que Santiago en el periodo que va de 1515 hasta 1524 (fecha en que murió Velázquez) era una población mucho más pequeña. Asimismo, la Plaza Mayor estaba mas cerca de la bahía de lo que esta hoy (tal vez en el sitio en el que se encuentra el mercado central actualmente). Debido a que, al igual que en Baracoa, en los tiempos de la conquista de México todo era construido de madera, es muy difícil que los edificios resistieran el paso del tiempo. Seguramente la espectacular “Fundición del oro” nunca vio los lingotes enviados de México.
“La casa de Velázquez” que no perteneció al primer gobernador.
Esta ala es una recreación tal vez del siglo XVII, ya que la original se quemó. Aunque Cortés no pudo haber dormido en la cama, el armario a la derecha si pertenecen al siglo XVI. - ¿Una pista?
Uno de los mapas mas antiguos que existen de Santiago. Siglo XVII.
Entonces, ¿en dónde estaban realmente ubicadas las casas de Diego Velázquez y de Hernán Cortés?. Ambas (si no habitaron los dos la misma casa), deben haber estado en la misma plaza central. Según conversaciones con la Dra. Portuondo, podemos asumir a partir del mapa anterior, que la plaza mayor original no distaba mucho del puerto (Número 15, con la catedral antigua con Número 14). Las casas mas grandes, que seguramente pertenecían al obispo, el gobernador y el alcalde, se encuentran de frente a la catedral al norte del mapa. Desafortunadamente, al igual que en Baracoa, el clima húmedo y caliente de la región destruyeron los documentos del tiempo de la fundación de la ciudad, por lo que no se puede conocer el sitio con exactitud.
Vista de el Santiago de Hernán Cortés. (click para ampliar)
La pregunta sobre el sitio en el que vivieron Cortés y Velázquez no puede ser contestada en la actualidad, aunque sin duda estuvo ubicado en algún sitio de la imagen anterior, que muestra la región en donde se realizó la primer fundación. Desde aquí, Francisco Hernández de Córdoba (1517) comenzó las expediciones hacia México y le seguiría Juan de Grijalba (1518). En este lugar Bernal Díaz del Castillo daba sus paseos y Cortés esperaba con ansia las noticias traídas del increíble país que se encontraba al noroeste, donde los indios habían desarrollado una cultura muy superior a las de los indígenas de Cuba.
Durante los primeros dos viajes a México, Cortés se mostró tranquilo. Pero después de que Grijalba regresara con fantásticas noticias, ¿qué lo detenía ahora?. Las expediciones anteriores tenían un propósito de reconocimiento, ya que Velázquez no tenía recursos suficientes, sin embargo Cortés tenía el suficiente oro para aspirar a mayores empresas. Velázquez quería conquistar “Culúa”, pero estaba muy ocupado con la organización y defensa de la Cuba recién conquistada. Además, aún no tenía el título de Adelantado y ello le impedía realizar nuevas fundaciones bajo su iniciativa y mando para poder seguir desarrollando sus conquistas. Velázquez seguía en espera de la confirmación de este título (que ya antes había solicitado), sin el cual permanecía atado de manos. Por lo tanto, tenía que proceder de manera cautelosa y otorgar al líder de la expedición órdenes escritas (explorar y comerciar) - y otros orales (poblar). Para estas nuevas expediciones, no necesitaba a un personaje violento como su teniente, el temible Pánfilo de Narváez. Tampoco necesitaba a alguien en extremo cauteloso como Grijalba, aunque éste fuera popular entre su gente.
Después de mucho pensarlo, se decidió por Cortés. (¿O deberíamos decir: Cortés fue quien le dio la idea?) De inmediato éste último dispuso de toda su hacienda para comprar barcos y armas para la nueva expedición. En poco tiempo logró armar una de las fuerzas armadas mas fuerte del Caribe, por lo que Velázquez comenzó a temer que el nuevo líder no tendría consideración por nada ni por nadie.
El bufón de Velázquez (llamado “Cervantes”), pronto lo irritó con el hecho de que él mismo era un tonto por haber confiado con el mando a “Cortesillo”, quien ni siquiera había sido soldado. Esto desató una gran histeria a su alrededor en Santiago y la recién colonizada Cuba corría el riesgo de quedar despoblada por el reclutamiento de cualquier joven que pudiera portar un arma. Cortés, que tenía instrucciones únicamente de fundar un pequeño establecimiento y esperar, embarcaba incluso caballos y cañones. Este era el tema de discusión por toda la isla y en el ambiente era claro que se preparaba algo mas grande que la conquista de Cuba. Además, los colonizadores de Cuba no se iban a quedar tranquilos “con el gorrión en la mano mientras la paloma estaba en el tejado de al lado”. Incluso desde las islas vecinas venían barcos para unirse a la expedición de Cortés.
“El balcón de Velázquez” descansa sobre una vieja pared en la parte exterior hacia el final de la ciudad de Santiago.
Fué entonces que Velázquez se retractó del nombramiento de Cortés. Sin embargo, ya era demasiado tarde y ahora no había forma de detenerlo. Cortés tenía muchos amigos y pocos de ellos estaban interesado en Cuba, por lo que cuando tuvo la mayoría de hombres necesarios reunidos al este de la isla, embarcó todas las provisiones y partió con toda su flota desde la bahía de Santiago.
Aquí Cortés preparó su flota. Vista del puerto desde donde salió.
Velázquez entró en pánico y comenzó a enviar mensajes con la orden de detener a Cortés a cualquier costa. Sabía que su “secretario” apenas había tenido tiempo de juntar proveerse suficientemente, por lo que debería hacer al menos otra parada mas, tal vez en Trinidad.