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EXPLORACIONES DE CORTÉS EN MAR DEL SUR Y EL DESCUBRIMIENTO DE CALIFORNIA.

Xavier López Medellín

       La primera expedición enviada por Hernán Cortés a explorar la Mar del Sur partió de Acapulco el 30 de junio de 1532, con instrucciones de explorar la costa del Pacífico y las islas mas allá de la gobernación de Nueva Galicia. Estaba ésta formada por las naves San Marcos y San Miguel, al mando de Diego Hurtado de Mendoza, primo de Cortés, para tomar posesión de las tierras, puertos y ríos, y averiguar si los nativos se adornaban con oro, perlas o piedras preciosas.

        La expedición descubrió una isla que llamaron Magdalena (una de las islas Marías), pero les pareció deshabitada, por lo que viraron a la costa de Culiacán entrando en un brazo de mar, donde permanecieron veinte días. Como las provisiones se habían podrido y no encontraban lo suficiente para alimentarse, algunos soldados se amotinaron y regresaron en una de las naves. Hurtado de Mendoza continuó el viaje con el resto de la tripulación, pero cerca de la isla recién descubierta un temporal los hizo naufragar. Por su parte, los amotinados llegaron a Culiacán. La mitad de ellos se internó caminando y fueron apresados por Nuño de Guzmán; el resto siguió navegando y naufragaron en Bahía de Banderas, los sobrevivientes de este último naufragio fueron atacados por indios y solo tres regresaron para contar el desastroso fin de la expedición.

Expedición de Diego Hurtado de Mendoza en 1532. Modificado de Aguilar Ponce 2004.

        Molesto por la noticia, Cortés decide trasladarse a Tehuantepec, donde se instala en noviembre de 1532 para supervisar personalmente el aprovisionamiento y la construcción de nuevas naves para continuar con las exploraciones. Para ello organiza una complicada red de transporte para llevar los bastimentos y materiales necesarios desde Veracruz hasta Acapulco.

        En 1533 tiene lista la segunda expedición para proseguir la exploración del Mar del Sur, además de buscar y auxiliar a Hurtado de Mendoza. Nombró a Diego Becerra de Mendoza como capitán y a Fortún Jiménez como piloto de la nave Concepción; Hernando de Grijalva iba al mando de la embarcación San Lázaro y como piloto Martín de Acosta.

          Esta expedición zarpó de cerca de Manzanillo el 30 de octubre de 1533. A los pocos días de navegación un temporal separó a las dos naves que nunca mas se volvieron a ver. La suerte de la nave Concepción se supo por algunos supervivientes, quienes contaron que Becerra y el piloto Fortún Jiménez riñeron en el viaje, éste último junto con otros amotinados, mataron al capitán y a otros marineros cuando dormían. Los amotinados prosiguieron el viaje y llegaron a una isla que llamaron Santa Cruz, frente a bahía de La Paz, Baja California Sur, donde desembarcaron pues dijeron haber visto perlas. Fortún junto con veintidós marineros fueron muertos por los indios de la isla; el resto de la tripulación regresó con muchos problemas a las costas de Jalisco.

         La embarcación de Hernando de Grijalva, al no encontrar a la Concepción, se enfilo con rumbo oeste para continuar el itinerario y explorar el interior del Pacífico. El 20 de diciembre vieron una isla que llamaron Santo Tomás (una de las islas Revillagigedo), donde desembarcaron y tomaron posesión el día de Navidad. Emprendieron el camino de regreso avistando tierra a principios de 1534, llegando a Acapulco los primeros días de febrero después de cuatro meses de navegación.

Expedición de Diego Becerra en 1533. Modificado de Aguilar Ponce 2004.

         Los fracasos de las primeras expediciones exasperaron a Cortés al punto que decide éste ir al frente de una nueva expedición, lo que motivó a muchas personas a acompañarle, pues "creyeron que era cosa cierta y rica". El 8 de febrero de 1535 Cortés escribe al Consejo de Indias desde Manzanillo, contando que tenía listos tres navíos para una tercer expedición: la San Lázaro en que volviera Grijalva, la Santa Águeda y la Santo Tomás. Llevaba consigo religiosos, médicos y muchas provisiones. Su capitán Andrés de Tapia también le acompañaría.

        Hernán Cortés partió por tierra desde Tehuantepec a Chamela junto con 150 caballos y varios soldados, con el objeto de confrontar a Nuño de Guzmán y pedirle cuentas del mal trato dado a sus anteriores expediciones. Cortés llegó a Chamela el 15 de abril de 1535 donde se encontró con las tres embarcaciones. Dos días después Cortés se embarcó con parte del ejército y algunos caballos, con dirección al noroeste hacia la bahía de la Santa Cruz, actualmente La Paz, donde se encontró con los despojos de Fortún Jiménez. En este lugar Cortés decide establecer una colonia, fundando un pueblo y nombrando alcalde. Después envió dos de las embarcaciones de regreso para traer a los soldados y bastimentos que había dejado en Chamela.

        Las naves regresaron sin contratiempos a Chamela, donde embarcaron el resto de las provisiones y gente. Sin embargo, en el camino de regreso encalló la mayor de las naves, que traía la mayoría de los víveres, y solo pudo llegar la menor embarcación con insuficientes víveres para alimentar la expedición. Esta falta de alimentos motivó a Cortés  a embarcarse en la otra embarcación para rescatar la nave perdida, y al cabo de unos días, encontró su embarcación con gran parte de los víveres podridos. Reparó la embarcación varada y volvió con ambas naves a Santa Cruz, para encontrar la colonia en un estado de hambruna y desastre.

        Mientras todo esto ocurría, llegó a México el primer virrey don Antonio de Mendoza, quien junto con la mujer de Cortés, le escribieron pidiendo su regreso, enviando las cartas en un navío al mando de Francisco de Ulloa con suficientes provisiones para el viaje.

         Al enterarse Cortés de las instrucciones del virrey, regresa a Nueva España dejando a Ulloa al frente de la colonia en Santa Cruz. En el camino de regreso, Cortés se encuentra la nave de Hernando de Grijalva varada en la arena, la reparó y regresó con ambas naves al puerto de Acapulco en abril de 1536. En este lugar, Cortés recibe nuevas instrucciones del virrey de Mendoza, en las que se le ordenaba traer de regreso a la gente dejada en Santa Cruz. Así fracasaba el primer intento de establecer una colonia en Baja California.

Izq. Primer mapa de California atribuido a Domingo del Castillo, de la expedición de Cortés, 1535. Der. Fotografía satelital de la misma zona.

     Cortés no se desanimó en sus intentos de exploración, no obstante este último fracaso, y de inmediato comenzó a organizar una cuarta expedición para las tierras recién descubiertas. Al frente de ella iba el experimentado capitán Francisco de Ulloa, con las instrucciones de recorrer por completo la entonces considerada Isla de California, además de buscar al desaparecido Diego Hurtado de Mendoza.

     La expedición estaba compuesta por tres embarcaciones: Santa Águeda, Santo Tomás (probablemente dirigida por Domingo del Castillo, quien trazó el mapa de la península de Baja California) y Trinidad, ésta última al mando de Ulloa. Iban también cuatro franciscanos y Francisco de Terrazas como veedor.

     Las tres naves partieron el 8 de julio de 1539 desde Acapulco; sin embargo, a la altura de las Islas Marías se enfrentaron a una tempestad, por lo que la nave Santo Tomás se separó del grupo pues necesitaba reparaciones. Las otras dos naves llegaron a la bahía de Santa Cruz el 29 de agosto, donde encontraron los restos quemados del campamento establecido por Cortés. Siguieron entonces el itinerario planeado y cruzaron el Golfo de California para recorrerlo por las costas de Sinaloa y Sonora. En el recorrido, Ulloa desembarcó en algunos puntos de estas costas, y el 28 de septiembre llegó a la desmbocadura del Río Colorado, donde desembarcaron en una barra de arena y nombraron a la boca del río "Ancón de San Andrés". A continuación se transcribe un fragmento del acta de toma de posesión:

"...el muy magnifíco señor Francisco de Ulloa, teniente de gobernador y capitán desta armada por el ilustrísimo señor Marqués del Valle de Guajaca, tomó posesión en el ancón de San Andrés y mar bermeja, que es en la costa desta Nueva España hazia el Norte, que está en altura de treinta y tres grados y medio, ... poniendo mano a la espada, diziendo que si abía alguna persona que se lo contradijese, que él estaba presto para se lo defender, cortando con ella árboles, arrancando yerbas, meneando piedras de una parte a otra, y sacando agua de la mar; todo en señal de posesión."

     Una vez hecha la toma de posesión del extremo norte del Mar Bermeja, nombrado así por la coloración rojiza de las aguas que se teñían con las procedentes del Río Colorado, iniciaron el regreso hacia Santa Cruz. El 2 o 3 de octubre llegaron a la Bahía de San Luis Gonzaga, el 6 a Bahía de los Ángeles, y para el 19 de octubre regresaban a Santa Cruz, de donde siguieron viaje y doblaron Cabo San Lucas. El 20 de enero de 1540 tomaron posesión de Isla de Cedros, después de luchar fuertemente contra los indígenas del lugar. Desde aquí, Ulloa decide enviar la información recabada en el viaje a Cortés, a bordo del barco más grande, el Santa Águeda, al frente de Preciado. Francisco de Ulloa, por su parte, continúa la travesía con rumbo Norte a bordo del Trinidad, para perderse en el mar, sin que se supiera mas de él.

Expedición de Francisco de Ulloa 1539-1540. Modificado de Aguilar Ponce 2004.

     Esta fué la última expedición que enviara Hernán Cortés a California. Aunque nunca obtuvo las recompensas materiales que esperaba con estas empresas, Cortés entra una vez más en la historia, como el descubridor de Baja California. Además, la Mar Bermeja, actualmente es conocido como el Mar de Cortés o Golfo de California.

BIBLIOGRAFÍA:

Martínez, J. L.: Hernán Cortés. Fondo de Cultura Económica-UNAM, México 1991, 1009 pp.

Ponce-Aguilar, A.: De cueva pintada a la modernidad: Historia de Baja California. Biblioteca Loyola, 2004, Págs. 74-83.

Presscott, W. H.: Historia de la Conquista de México. CIA. General de ediciones, México 1952, 283 pp.